Ser médico no es solo diagnosticar. Es comunicar. Y cuando decides ejercer en Reino Unido, Australia o Irlanda, te das cuenta —más temprano que tarde— de que hablar inglés no basta. Porque una cosa es pedir una cerveza en Camden y otra muy distinta es explicar un diagnóstico diferencial a un paciente angustiado con acento de Birmingham.
Bienvenido al universo del OET (Occupational English Test), el examen que no te pregunta por Shakespeare sino por cómo gestionar una arritmia, una derivación a oncología o una contraindicación farmacológica. Aquí no se evalúa si sabes inglés. Se evalúa si puedes ser médico en inglés.
¿Por qué leer este artículo si ya sabes inglés (o eso crees)?
Porque esto no va de dominar el «present perfect». Va de entender que tu carrera, tu homologación, tu sueldo y tu futuro pueden depender de un examen con nombre raro y estructura quirúrgica. Aquí te explicamos sin rodeos:
- Por qué el OET es la única certificación pensada para médicos.
- Qué lo hace diferente del IELTS o el TOEFL.
- Cómo prepararte de forma realista si trabajas a turnos y llevas años sin abrir un libro de gramática.
- Qué errores cometen muchos médicos y cómo no repetirlos.
- Cómo elegir un curso que no te venda humo, sino resultados.
Y lo más importante: por qué el OET no es un obstáculo, sino un atajo si sabes cómo afrontarlo.
OET: la prueba que separa al profesional del turista
¿Qué es el OET y por qué deberías conocerlo ya?
No, el OET no es otro examen de inglés. Es una prueba diseñada para medir si puedes ser útil y seguro en un entorno clínico angloparlante. Dicho de otro modo: no importa si tienes C1 en gramática si no sabes decir «colitis ulcerosa» sin trabarte o si confundes «stroke» con «shock».
Se divide en cuatro partes:
- Listening: consultas, informes, quirófanos. Con ruido de fondo, claro. Porque la vida real no tiene subtítulos.
- Reading: literatura médica, protocolos, notas clínicas. Si no sabes leer entre líneas, estás fuera.
- Writing: cartas de derivación, informes de alta. Aquí un adjetivo mal puesto puede ser un problema legal.
- Speaking: role-plays con pacientes. Tu voz, tu cara, tu empatía. Y sí, también tu acento.
IELTS y TOEFL, los primos que no entienden de medicina
Muchos médicos empiezan por donde no deben: el IELTS. Porque lo conocen, porque lo piden en universidades. Pero a la hora de ejercer… ¿sirve? Spoiler: no. El IELTS evalúa si puedes escribir sobre el cambio climático. El TOEFL, si entiendes una conferencia universitaria. El OET, si puedes atender a una paciente embarazada que sangra.
Reconocimiento oficial: el OET no es un invento de academia
El GMC británico, el Medical Council de Irlanda, la AHPRA australiana y otros organismos sanitarios lo exigen. Es decir: si no tienes OET, no ejerces. No es motivacional. Es reglamentario.
¿Cómo se prepara un médico real para el OET sin dejar su trabajo?
Paso 1: saber en qué punto estás (y dejar el ego fuera)
Un test diagnóstico no es una humillación. Es un escáner lingüístico. En Crack Business English te hacen una prueba inicial seria. No para venderte más clases, sino para diseñar una ruta personalizada.
Paso 2: entrenar como si estuvieras en guardia
Listening quirúrgico
Audios reales, con acentos reales, con estrés real. Te acostumbras a entender entre alarmas de monitor y ruidos de ambulancia.
Reading clínico
Aquí no hay cuentos. Hay informes con siglas, abreviaturas, valores, sigilos y alertas. Y tú necesitas entenderlo todo.
Writing formal y preciso
¿Sabes hacer una carta de derivación a hematología? ¿Con tono formal? ¿Sin errar en tiempos verbales ni duplicar preposiciones? Prepárate para practicarlo.
Speaking con piel de médico
Nada de «role-plays» forzados. Aquí eres tú, frente a un paciente (actor o examinador). El reto: sonar humano, competente y empático. A la vez.
Paso 3: simulacros con bisturí lingüístico
Hacer simulacros sin corrección es como operar sin anestesia. Necesitas feedback experto. No solo en gramática, sino en estructura, entonación y lenguaje clínico.
Paso 4: tener materiales que no den vergüenza ajena
PDFs bajados de Google no sirven. Necesitas:
- Modelos oficiales OET.
- Grabaciones con acento de Liverpool y Melbourne.
- Casos clínicos con resolución lingüística.
- Correcciones reales de writing con anotaciones.
Lo que marca la diferencia (y nadie te cuenta)
Mentoría uno a uno
Un coach que entienda tus turnos, tu cansancio y tus objetivos. Que no te juzgue, pero te exija.
Comunidad: porque nadie aprueba solo
Estudiar con otros médicos que se preparan para lo mismo que tú te da estructura, motivación y espejo. Y sí, también consuelo cuando fallas un writing.
Metodología CLIL: inglés desde la medicina
Estudias inglés, sí. Pero a través de casos médicos. Nada de rellenar huecos absurdos. Aquí analizas diagnósticos mientras mejoras tu vocabulario.
Preguntas que te estás haciendo ahora mismo (y sus respuestas sin rodeos)
¿Cuánto tardo en estar listo?
Entre 8 y 12 semanas con buena preparación. Pero si trabajas, sé honesto contigo. Puede que necesites más.
¿Es más fácil que el IELTS?
No. Es más específico. Si eres médico, te sentirás más cómodo. Pero hay que trabajarlo. Mucho.
¿Puedo prepararlo solo?
Puedes intentarlo. Pero sin guía, sin simulacros y sin feedback, es como preparar una operación viendo YouTube.
¿Dónde sirve este certificado?
Reino Unido, Irlanda, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Dubái, Singapur y la lista sigue creciendo.
¿Con qué nivel de inglés empiezo?
Con un B2 mínimo. Si estás en B1, empieza por ahí antes de meterte en líos mayores.
Cuando el idioma deja de ser un obstáculo y se convierte en tu aliado
El curso OET para médicos no es para todos. Es para quienes de verdad quieren ejercer fuera. Para los que entienden que la medicina en inglés es otra medicina. Y que sin idioma, no hay bisturí que valga.
Si ese es tu caso, no esperes más. Empieza por una evaluación gratuita en Crack Business English y empieza a construir el camino que va de tu hospital actual al que está esperándote al otro lado del mundo.
Porque el idioma, cuando se entrena bien, no es una barrera. Es la llave maestra. Y el OET, tu examen definitivo.