Que sí, que todos decimos tener un “nivel medio-alto” de inglés. Pero cuando toca mover el CV, aplicar a un máster fuera o justificar méritos en una oposición, los adjetivos ya no sirven: hace falta un papel. Uno con sello, entidad reconocida y —esto es importante— que diga exactamente qué sabes hacer con el idioma. Es decir: una certificación oficial. Y no, no vale cualquiera.
Porque no es lo mismo prepararte para una beca universitaria en EE.UU. que para trabajar como enfermero en el Reino Unido. En el menú de exámenes hay para todos los gustos: TOEFL, IELTS, Cambridge, TOEIC, OET, TOLES… Y, como en un buen restaurante, elegir mal arruina la experiencia. Vamos a evitarlo.
No solo es una lista: esto es lo que vas a llevarte al terminar de leer
Esta guía no es un folleto. Es una conversación clara, directa y con ejemplos reales sobre qué título necesitas, por qué y para qué.
- Te explicamos qué significa certificar tu nivel y qué cambia si lo haces (spoiler: todo).
- Te presentamos los exámenes más reconocidos y te cuento qué los diferencia, sin palabrería técnica.
- Te ayudamos a decidir cuál te conviene según tu situación profesional, académica o personal.
- Te damos consejos prácticos —de los que sirven, no los de siempre— para prepararte y no tirar el dinero.
¿Qué certificado de inglés te conviene según tu perfil?
Cambridge: el clásico infalible que nunca caduca
Si esto fuera una carrera ciclista, Cambridge sería el veterano que nunca falla. Lleva décadas en el pelotón de cabeza. Su gama va desde el A2 (KET) hasta el C2 (CPE), pasando por los archiconocidos B2 (FCE) o C1 (CAE).
Para quién es:
- Estudiantes de ESO, bachillerato y universidad.
- Profesionales que buscan un título que les valga “para todo”.
- Opositores que necesitan justificar B1, B2 o más.
Ventajas:
- No caduca. Nunca. Sí, has leído bien.
- Lo reconocen en toda Europa y América Latina.
- Puedes hacerlo en papel o por ordenador. Tú eliges.
¿Te interesa? Aquí tienes los más populares.
TOEFL: inglés académico para los que sueñan en grande
Este es el título por excelencia si tu objetivo está en una universidad estadounidense, canadiense o en cualquier país angloparlante de peso. TOEFL es digital, denso y muy centrado en contextos universitarios.
Ideal para:
- Estudiantes que quieren acceder a grados, másteres o doctorados fuera.
- Investigadores que aplican a becas internacionales.
Ojo con esto:
- Caduca a los dos años.
- Se hace íntegramente por ordenador.
- El formato puede intimidar si no estás acostumbrado al inglés académico.
TOEIC: el idioma del ascensor corporativo
¿Trabajas en una multinacional? ¿Te mueves en el mundo empresarial? Entonces el TOEIC es tu compañero de oficina. Este examen mide tu nivel en contextos laborales, desde emails hasta reuniones.
Para quién es:
- Profesionales que necesitan dar el salto o consolidar su perfil internacional.
- Empresas que piden un estándar objetivo de inglés para sus empleados.
Lo bueno:
- Hay versión solo de comprensión (Listening & Reading) y versión completa (añade Speaking & Writing).
- Es práctico, concreto y directo al grano.
IELTS: la alternativa global al TOEFL
Aquí tenemos el otro grande para estudios o visados. IELTS está avalado por instituciones de Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Tiene dos versiones: Académica y General.
¿A quién le interesa?
- Estudiantes que van a países del Commonwealth.
- Profesionales que necesitan certificar inglés para trámites migratorios.
Ventajas claras:
- Aceptado por gobiernos y universidades.
- Evaluación muy equilibrada, aunque con cierta exigencia.
OET: si tu inglés es clínico
El Occupational English Test (OET) es otra historia. No sirve para cualquiera: es un examen diseñado para el personal sanitario. Desde médicos hasta fisioterapeutas.
¿Eres tú?
- Si eres enfermero y quieres trabajar en el NHS.
- Si eres médico y vas a colegiarte fuera.
¿Por qué elegirlo?
- Simula situaciones clínicas reales.
- Te evalúan en contextos que ya conoces, como informes, entrevistas o instrucciones a pacientes.
TOLES: inglés para firmar contratos (y entenderlos)
TOLES (Test of Legal English Skills) es la opción para juristas, abogados, traductores jurados y demás profesionales del Derecho que se codean con la lengua de Shakespeare… en versión legal.
Recomendado si:
- Trabajas en bufetes internacionales.
- Necesitas comprender y redactar contratos en inglés.
Lo que ofrece:
- Tres niveles: Foundation, Higher y Advanced.
- Enfoque 100% práctico y aplicado al día a día legal.
¿Y ahora qué? Cómo elegir sin volverse loco
Empieza por lo básico: ¿para qué quieres el certificado?
- Si tu objetivo es estudiar fuera: TOEFL o IELTS Académico.
- Si es mejorar tu perfil profesional: Cambridge o TOEIC.
- Si es por exigencia profesional sanitaria o legal: OET o TOLES.
Luego, piensa en el reconocimiento
- TOEFL y IELTS te abren puertas en América, Oceanía y parte de Asia.
- Cambridge es el rey en Europa.
- TOEIC está muy bien valorado en Asia y empresas internacionales.
Finalmente, pregunta: ¿caduca o no caduca?
- Cambridge no caduca. Una vez y listo.
- Los demás suelen tener una validez de dos años. Úsalos a tiempo.
Prepararse (de verdad) marca la diferencia
No improvises: haz un calendario realista
Nada de estudiar solo el último mes. Si tienes nivel intermedio, calcula unos 3-4 meses de preparación seria. Divídelo en objetivos semanales, añade prácticas orales, simulacros reales y descansos estratégicos.
Usa materiales que te acerquen al examen, no que te entretengan
Los PDF sueltos de internet pueden ayudarte… o confundirte. Mejor apuesta por recursos oficiales, exámenes anteriores y plataformas que ofrezcan feedback personalizado.
¿Curso sí o no?
Un curso especializado puede marcar la diferencia, sobre todo si te aporta:
- Correcciones reales en speaking y writing.
- Plan adaptado a tu nivel y tus tiempos.
- Estrategias específicas para tu tipo de examen.
Aquí tienes una buena opción para empezar: Preparación oficial con tutores.
Lo que todos preguntan (y a veces no se atreven a decir)
¿Cuál es el más fácil?
Depende. TOEIC tiene fama de ser más predecible. Cambridge B1 es accesible si vienes del sistema español. Pero lo importante no es la dificultad: es que se adapte a lo que necesitas.
¿Sirve Cambridge para oposiciones?
Sí. Y mucho. Desde el B1 ya suele ser válido para muchas convocatorias. Consulta las bases específicas de tu proceso.
¿Puedo aprobar sin curso?
Sí. Pero es como correr una maratón sin entrenar: posible, pero poco recomendable.
¿Caducan todos?
No. Cambridge es para toda la vida. Los demás, recuerda, tienen fecha de caducidad.
¿Un mismo título vale para todo?
No siempre. TOEFL es puramente académico. Cambridge y IELTS son más versátiles.
Tu próximo paso (si de verdad vas en serio)
Ya sabes lo que hay. No se trata solo de hablar inglés: se trata de certificarlo con cabeza. Un título bien elegido puede ser tu pasaporte a una beca, a un nuevo trabajo o incluso a otro país.
Así que aquí van tus opciones:
- ¿Vas a por todas? Prepárate con enfoque profesional
- ¿Quieres lo clásico, lo que funciona? Explora los certificados Cambridge
Y recuerda: el inglés abre puertas. Pero la llave, amigo, es el certificado correcto.